EL GRANITO: ACABADOS

El granito es una piedra dura, no calcárea, de aspecto cristalino, que presenta valores muy altos en cuanto a dureza y resistencia a esfuerzos y alteraciones, admitiendo cualquier tipo de trabajo y acabado. Además, permite el aislamiento integrado evitando la humedad y la contaminación acústica del interior, mientras que favorece el ahorro de energía y el control climático.
Los criterios para la elección de acabados suelen ser técnicos, en función del uso de destino y ubicación; así como arquitectónicos, en base al aspecto estético.
Podemos encontrar distintos acabados en granito a simple vista en nuestra vida cotidiana, como por ejemplo, el granito pulido en la encimera de la cocina o una solería, granito abujardado, flameado o arenado en el acerado y sus bordillos, el granito apomazado en el mobiliario urbano, una fuente o un banco, y así muchos más ejemplos.
Es importante saber cuál va a ser el uso final del granito, ya que habrá que tener en cuenta, no solo sus propiedades físico-químicas-estéticas, sino también el acabado de la misma, ya que características como la porosidad (y por tanto la absorción) o el deslizamiento ( o antideslizamiento) se verán afectadas por la terminación de la piedra.
Así podemos encontrar distintos acabados, entre los más significativos encontramos: pulido, apomazado, abujardado, flameado, arenado o serrado.
Pulido: El pulido resalta el aspecto de la roca, se consigue una superficie lisa, plana y brillante, con un tono más oscuro que otros tratamientos superficiales, y sin que aparezca ningún tipo de arañazo o raya. Con este tratamiento se consigue dejar una porosidad cerrada, lo que hace a la piedra resistente a agresiones externas.
Apomazado: El apomazado resalta el aspecto de la roca, se consigue una superficie lisa, plana y mate, con un tono más oscuro que otros tratamientos superficiales, y sin que aparezca ningún tipo de arañazo o raya.
Abujardado: el abujardado se lleva a cabo golpeando repetidamente la roca con una bujarda. La superficie presenta pequeños cráteres uniformemente repartidos, aclarando el tono general de la roca.
Flameado: El flameado consiste en un tratamiento térmico a elevada temperatura. El paso de una llama con una inclinación de 45º sobre superficies planas produce un shock térmico en los minerales que componen la roca, desprendimiento lajillas y finas esquirlas. El resultado obtenido es una superficie rugosa, con cierto relieve, algo craterizada y proporcionando un aspecto rustico al granito, aunque sin cambio apreciable de color.
Serrado: Es el paso previo a otras terminaciones. Es el acabado que proporcionan los telares al cortar los bloques de piedra. Su aspecto es una superficie muy plana y lisa, aunque áspera, dejando ver pequeños surcos y ondulaciones paralelas y rectas. La piedra queda con un tono claro y mate.
Arenado. Se trata de un proceso de parecidas características al abujardado pero con una técnica menos agresiva para la piedra. Un chorro de arena de sílice impacta a alta presión sobre el tablero consiguiendo el efecto pretendido. Su aspecto es similar al abujardado pero con cráteres mucho más pequeños.






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